Objetivos

Este hecho es aún más significativo en el caso de las personas que por las características de su adicción, de sus características personales y de su red social precisan de un tratamiento en régimen residencial. Por este motivo, el tratamiento ha de orientarse necesariamente a aspectos que no sólo tienen que ver con el abandono de las sustancias y comportamientos adictivos, sino que además debe incluir elementos como:
- La comprensión de los factores que favorecieron y/o mantienen las adicciones.
- La clarificación de valores y de un proyecto personal de futuro.
- La adquisición de habilidades para la vida (habilidades sociales, de autocontrol emocional, etc.).
- El desarrollo de recursos de afrontamiento de situaciones inductoras a su adicción.
- La mejora de las relaciones familiares.
- La mejora de la salud física y psicológica.
- La adquisición de hábitos saludables y de autocuidado (en el caso de las personas con enfermedades crónicas y/o tratamientos prolongados).
- La implicación en nuevas actividades de ocio, alternativas aloscomportamientos adictivos.
- La construcción de una nueva red social, desvinculada de personas y ambientes asociados a las adicciones.
- La inserción laboral.
Son estos factores, asociados a la calidad de vida de las personas, los que favorecen la transición hacia la etapa de mantenimiento de la abstinencia, y la permanencia a largo plazo en la misma. Hay que destacar, no obstante, que los objetivos del tratamiento se establecen de acuerdo con las características particulares de cada persona, asumiendo en ocasiones objetivos parciales (reducción de riesgos y/o reducción de daños), especialmente en los casos de personas con múltiples tratamientos anteriores, con trastornos graves o sin apoyo social.